¿Qué tan bien manejas tu capital?
Los buenos hábitos en el manejo del dinero son la base para crear y conservar riqueza. Y en nuestro país esta situación no luce en muy buenas condiciones: según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en 2018, solo 44 por ciento de los mexicanos tiene un mecanismo de ahorro, mientras que el 42 por ciento nunca ha ahorrado formalmente y el 14 por ciento dejó de hacerlo.
¿Qué hacer para empezar a inclinar la balanza hacia el lado opuesto? Como individuos o núcleos familiares necesitamos emplear métricas para diagnosticar nuestra salud financiera y buenas costumbres de ahorro e inversión para mejorarla, considerando variables como las siguientes.
Es un juego en solitario
Primeramente, tengamos en cuenta que el camino a tener solvencia y un nivel suficiente de bienestar material es un tipo de juego que implica competir con uno mismo y no contra los demás. Una manera de medir el avance es partiendo de una base y registrar los resultados cada cierto tiempo.
Hoja de balance
Para llevar el registro, anota en una sola hoja todos tus bienes (casa, auto, dinero en el banco, etcétera) y resta todas tus deudas (monto para saldar tu vivienda u otro inmueble, crédito automotriz o bancario, etcétera).
Así, sabrás de una manera aproximada el valor de tu patrimonio al momento de hacer tu primer corte y, al realizar este ejercicio cada año, apreciarás el aumento o decremento de tu riqueza.
En el largo plazo, el objetivo será que tu hoja de balance sea lo más positiva posible y con crecimiento en porcentajes anuales de dos dígitos.
Fondo de emergencia
Es recomendable tener un fondo de emergencia —de entre tres y seis meses de ingreso— en una inversión líquida, es decir, que sea accesible de manera inmediata en caso de ser necesario.
Este fondo evitará que tengas que recurrir a un crédito en urgencia que, por cierto, puede resultar muy caro. Procede a calcular el monto que necesitas y marca si lo tienes al momento de hacer este ejercicio.
Ahorro e inversión para el retiro
Mucho hincapié hay que hacer para ese futuro, cuando las fuerzas, las ganas o el entorno no permitan seguir laborando y generando ingresos que satisfagan los niveles de vida requeridos.
Para ese caso, lo aconsejable es ahorrar e invertir —al mismo tiempo— un 20 por ciento del ingreso: distribuido en 10 por ciento para el retiro; 5 por ciento para el fondo de emergencia (si no se tiene), y 5 por ciento para otra meta.
En suma, es importante tener una base de mediciones y hábitos para mantener nuestras finanzas en orden. Ya que trazamos un camino con presupuestos, balances y metas, lo siguiente es recorrerlo con una buena dosis de disciplina y constancia.
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