El FOMO y las tentaciones de inversión en los mercados
Al inicio de año, las acciones de Tesla y el bitcoin experimentaron alzas sustanciales en sus respectivos mercados.
Cuando activos tan populares alcanzan este nivel de tracción logran un efecto multiplicador: sus términos se vuelven virales, se convierten en tendencia en las redes y aparecen como los más buscados en Google.
Esto muchas veces desata el famoso “FOMO” (fear of missing out, en inglés), un término que significa el miedo a perderse de algo importante (en este caso, la subida del activo), lo que provoca que muchos inviertan de manera impulsiva para tratar de subirse a la ola y sacar algo de ganancia.
Sin embargo, la realidad nos demuestra que es muy complejo medir los tiempos de los mercados, máxime si estos tienen un alto grado de incertidumbre y volatilidad.
De esta manera, subirse a un activo solo por una aparente tendencia sin tener ningún contexto sobre ella se asemeja mucho más a una apuesta que a una inversión.
¿Qué hacer en estos casos? Si se aspira a participar en los mercados, lo mejor es, primeramente, analizar bien el comportamiento de determinado activo y los valores fundamentales del proyecto que lo respalda: es decir, cómo le ha ido históricamente, conocer su mercado, su producto, saber cómo se ha movido su precio, cuáles son las condiciones del negocio (sus estados financieros, su posición de deuda, sus apuestas, sus competidores, su industria, etcétera).
Tener este contexto le da armas al inversionista para luego diseñar un plan que considere un precio de entrada y uno de salida, considerando las mermas por los impuestos y las comisiones.
Esto, a su vez, debe ser parte de una estrategia general que considere distintos activos que no estén correlacionados y que formen un portafolio equilibrado, con medidas de mitigación de riesgo y metas a distintos plazos.
Así que comprar algo por calentura no es una estrategia. Los activos de moda van y vienen, así como las oportunidades; de hecho, estas ahora abundan más que nunca, considerando que tenemos acceso a todo tipo de mercados nacionales e internacionales a través de las plataformas digitales.
Por lo tanto, lo mejor es no ceder ante el sentimiento impulsivo del momento y sí aprovechar la ocasión para educarse y asomarse a los mercados, analizarlos con detenimiento, asesorarse con expertos, destinar un espacio dentro de una estrategia general.
Luego de estas medidas, ahora sí: podemos salir a cazar oportunidades a tiempo con una mejor prospectiva de éxito, pues lo estaremos haciendo con mejor timing y con base en decisiones racionales e informadas.
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